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Testimonio de sobrevivientes

Leer siguiente

"¡Ayuda! ¡Tenemos terroristas en nuestra casa!"

Moran V.'s story

Y allí estamos nosotros, los terroristas y Dios

o también estuve allí. Otra de tantas historias de miedo y horror. Una pesadilla de la que no puedes despertar.

Irónicamente algunos, lo llamaron "un mal viaje".

Llegamos a la fiesta por la noche y vi el cartel que decía "Consejo Regional de Eshkol".

Le pregunté a mi pareja si ésta era la zona donde normalmente tiraban los misiles. Comprendí que estábamos en una área especialmente poco atractiva. Pero ya estábamos allí y era un período de tranquilidad en cuanto al conflicto.

Habíamos llegado para hacer nuestro propio "ruido". Un ruido de alegría y amor.

Nos gustó cómo esta vez logramos salir “a tiempo”.

Y lo agradable y divertido que fue venir sin ninguna presión adicional. Instalamos nuestra carpa exactamente en el punto donde, mas tarde, todos habrían de huir una vez que se desarrollen los acontecimientos que ya conocemos.

Nos encontramos con un querido amigo que nos regaló un abrazó fuerte y largo. Fue un

poco extraño, Casi como si supiera que ésta podría ser la última oportunidad de abrazarnos. Le prometimos que volveríamos con él, pero no ocurrió. Hasta ahora, nuestro amigo sigue desaparecido como tantos otros. Todos ellos por los que toda la nación de Israel ora por su seguridad.

Bromeamos y bailamos un poco hasta que, luego de un boom, la música se detuvo.

Sirenas, “Alertas Rojas” y misiles en el cielo en enormes cantidades.

Parecían fuegos artificiales.

En ese momento, no todos se apresuraron a abandonar el lugar, ya que, como es sabido “siempre hay misiles” en esa zona.

Incluso algunos miembros del personal de seguridad insistieron y nos aconsejaron:

“Es mejor para ustedes quedarse aquí. En el estacionamiento o en los autos es mas peligroso. Y especialmente durante los viajes”. Pero dado que vivimos en el centro de Israel y teníamos un largo camino por hacer, decidimos que la mejor opción era irnos en aquel momento en caso de que la situación empeore.

Buscamos el auto en medio del alboroto, empacamos nuestras cosas y comenzamos a conducir. Al menos, eso fue lo que intentamos pero no fue posible. Los caminos estaban congestionados. Observamos a la derecha y a la izquierda y nada se movia.

Todos estábamos atrapados.



o siguiente nos hizo caer el corazón y congelarnos las piernas: Nos aconsejaron “Salgan de los autos, no importa a dónde vayan, los terroristas nos disparan por todos lados, simplemente corran y recen”. No podíamos digerir lo que nos estaban diciendo. Luego, escuchas ráfagas de disparos que no cesan. Encontramos a un policía herido, sangrando e indefenso, que simplemente nos ordena seguir nuestro camino a pesar que el mismo no sabe hacia donde ir.

Alrededor sólo había un sinfín de campos y huertos.

Y allí estamos nosotros, los terroristas y Dios.


Corrimos seis horas sin parar, descalzos. En esos momentos no importa nada más que sobrevivir, sobrevivir, sobrevivir.

¡Y de repente te das cuenta cuántos obstáculos emocionales y físicos puedes superar en un momento de supervivencia! Confundido, corriendo en todas direcciones como una oveja enviada al matadero. Abri el Google Maps, en un intento de encontrar la dirección correcta. Dudaba hacia donde ir. Quizás sea mejor allí, me pregunte.


Pero a medida que me acercaba, escuchaba los disparos de los francotiradores cada vez más cerca. Y encima mio un arco iris de misiles. Siempre crei que era algo positivo que ellos caigan en áreas abiertas. Pero, en este caso, era exactamente en esos campos en donde nosotros nos encontrabamos.

Me escondi entre arbustos, invernaderos y todo tipo de estructuras.

Estaba desesperadamente sediento, encontré un bidon y bebi de el pero no contenia agua sino algún liquido con un gusto horrible.

Y mientras tanto, rezaba quedarme con las personas y en los lugares correctos para que nadie nos alcance, para que los terroristas no nos atrapen.

Aun no nos llega respuestas de ninguna fuerza de seguridad.

Entonces me doy cuenta que quede atrapado en la emboscada más dura que el país haya enfrentado jamás. Con pena y luto, creyendo que no saldría de esta situación, envie un mensaje de despedida a mi familia. En el les deseaba que sean felices pase lo que pase.

Diciendoles que siempre estaré con ellos en sus corazones.

Luego de momentos de gran incertidumbre, unos amigos mencionaron que había un policía en el área de los cactus. Sí, solo un policia, pero igual se sintió como una especie de soplo de aire fresco. Quiero llegar a el área de los cactus. Tengo tatuado en mi cuerpo un cactus y cuando la gente me pregunta por que tatuarme un cactus suelo contestar:

“Porque un cactus”. sobrevive a todo”.

Decido que es necesario llegar allí. Pase lo que pase. Necesitamos hacer contacto con el policía. Nos acercamos a el, Igor. Era uno contra muchos.

Luchaba solo contra muchos. Igor logro ponerse en contacto con los residentes de la comunidad de Patish.

Y luego un ángel vino hacia nosotros con una camisa azul claro y una camioneta. Nos rescató del infierno al paraíso. Los que me conocen saben que soy muy asustadizo. Pero ¿saben lo que dijo recientemente un buen amigo?: "Un día, las ansiedades de Moran nos salvarán".

Gracias al amor de mi vida y a todos los que estuvieron en el lugar correcto en el momento correcto. ¡Gracias a la comunidad Patish por cuidarnos y abrazarnos! Abrazos, besos y oraciones para todos los desaparecidos y secuestrados, rogando que regresen a casa con nosotros. Mi corazón está con ustedes.

Nuestro milagro ya sucedió, pronto para ustedes.

Y el próximo tatuaje será de Moana, una heroína descalza.



Moran V.



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