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Testimonio de sobrevivientes

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Los terroristas andaban al acecho buscando a quién matar

Hadas K.'s story

vio que la localización del teléfono de nuestro hijo indica como si estuviera en “Jan Yunis, Gaza"

Este es mi testimonio desde la región fronteriza de Gaza.

Perdón por ser confusa o poco clara. Solo diré que mi testimonio no describe ni una centésima parte de lo que siento.


Es viernes por la noche.

Un día antes del 7 de octubre de 2023.

Mi hijo Yair está pidiendo ir a dormir a casa de los vecinos: "vete cariño, diviértete".

Yigal me recuerda que tiene que salir a las 6 am para recoger a un amigo en el aeropuerto Ben Gurion.


Avancemos 8 horas.

7 de octubre, 6 am.

Suena la alarma. Arad corrió hacia mí y yo hacia ella.

Le envío un mensaje a Yigal, mi marido, diciéndole que nuestro Yair no está en casa pero luego me calmo porque está durmiendo en el refugio de los vecinos. Las sirenas de alarma no se detienen y luego se oyen disparos y palabras en árabe.

"¿Es árabe? ¡Es árabe!"


Escribo en el grupo de WhatsApp del kibutz: "Estoy oyendo hablar en árabe". Al principio no me creen... hasta que sí; me creen. Las ventanas de casa estallan y ya están dentro de nuestro hogar. Dos o tres están hablando entre ellos y yo sostengo la manija de nuestro refugio en casa. Mis hijas se acostaron. Arad se quedó dormida y Arbel también... .

Le escribo a Yigal: "están aquí". Probablemente ven nuestra casa vacía y piensan que no hay nadie.


"Ellos escriben: “Hay terroristas dentro de nuestra casa” e inmediatamente se pierde la conexión. Se me rompió el corazón; se me hizo pedazos. "

Y Yigal... volviendo apresuradamente a casa. En retrospectiva, fue una locura, pero a las 8 más o menos, ya estaba acá.

Yo pienso en Yair. Intento salir y escucho terroristas fuera de casa. Vuelvo a entrar e intento comunicarme con nuestra querida Katy y su marido Shay. Yair está allí.

Ellos escriben: “Hay terroristas dentro de nuestra casa” e inmediatamente se pierde la conexión. Se me rompió el corazón; se me hizo pedazos. Pasaron horas y no responden. Yigal no me lo dice, pero vio que la localización del teléfono de Yair indica como si estuviera en “Jan Yunis. Gaza”.


Las niñas tienen sed, hambre, pero no dicen ni una palabra.

Tiro todo fuera del armario, tomo una cesta y algunas prendas y organizo un cubículo de aseo (te ahorraré los detalles). Durante todo este tiempo, los vecinos y yo estamos suplicando ayuda. Hay disparos, terroristas, una casa en llamas con un bebé adentro y se están asfixiando. ¿Cuántas veces he escrito en el grupo: "¡No llegó el ejército!" y "¿Dónde está el ejército?"



Hadas K with her husband Yigal and their three children

Nuestro increíble y valiente equipo de apoyo en emergencias está intentando ayudar; van yendo de casa en casa. Ellos son nuestros ángeles protectores. Hombres y mujeres que me mantuvieron cuerda durante todo este tiempo.


"Yair... no tengo a mi Yair", lloro.


"Parece que se están escondiendo en nuestra casa" escribe Shay después de unas horas. Hasta que no nos dice el nombre del perro que quería adoptar no creemos que es él quien escribe. Los terroristas les quitaban sus teléfonos celulares.

Están bien. Después, otra vez informa que hay terroristas y desaparece. Mi corazón está casi saliéndoseme del pecho. Recién a las tres y media(!!) rescatan a Yair y a nuestros queridos amigos. Yair llama para escuchar nuestras voces. Mi corazón empieza a recuperarse. Nos permiten salir a buscar comida y agua pero debemos regresar al refugio. Aún hay disparos, voces en árabe y obedecemos: volvemos a meternos en nuestro refugio.


Parece que se están escondiendo en nuestra casa.

El ejército vuelve a llegar a las 5 pm y yo recupero a Yair. Ay, Dios... precioso hijo mío, qué abrazo nos dimos.

Supe por Katy que actuó como un verdadero héroe, cómo les dio fuerza y los abrazó.

A la noche fuimos evacuados por el ejército a los viveros del kibutz. A las 5 pm del día siguiente, salimos de allí en caravana.

Volví al grupo de WhatsApp de Nirim, nuestro kibutz... releí los mensajes anteriores. Horror en todo sentido.

Nos abandonaron y que nadie me diga lo contrario.


Hadas K.


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